Viajamos a Oslo para descubrir una de las ciudades más divertidas y vitalistas de toda Europa, y te contamos todo lo que necesitas saber para que la exprimas hasta la última gota.

De la mano de Iberia Express -que viaja a la capital noruega desde el pasado mes de junio dos veces por semana- hemos vivido Tu Gran Viaje a Oslo, y hemos descubierto una urbe dinámica, multicultural, imbricada en una naturaleza espectacular, con propuestas para todos los gustos, a la que le gusta vivir en la calle y que reúne una colección de estímulos culturales a la altura de otras grandes capitales europeas. Y como dicen -y es verdad- que la esencia se sirve en frascos pequeños, nosotros te proponemos que te enamores de ella en una escapada de unos pocos días. ¿Sus razones para hechizarte? ¡Ahí van, Gran Viajero!

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El distrito de Barcode y la Ópera de Oslo

Desde el primer momento en que pisas en ella, Oslo te regala unas cuantas certezas, todas ellas en grado superlativo: es una ciudad próspera, cívica, joven, integrada en la Naturaleza y, si ese primer pie que pones en Oslo es en verano, da igual a qué hora, otra certeza que te hará sentir un gran viajero: sea la hora que sea, es de día… El centro de la ciudad puede definirse como compacto, pero su área de influencia urbana se extiende por kilómetros, especialmente los que rodean el fiordo en que se encuentra la ciudad (y al que viajaremos más adelante).




El perfil urbano de Oslo es discreto -entiéndase por discreto la ausencia de ruido arquitectónico: es un tejido urbano al servicio del ciudadano, con alguna muestra destacable de Brutalismo como el Ayuntamiento y sus torres gemelas, o los modernísimos edificios de acero y cristal de la nueva zona de moda de la ciudad, Barcode, en el barrio de Bjorvika, una obra maestra diseñada por los estudios MVRDV de Rotterdam y los noruegos DARK Architects y A-labdonde las grandes consultoras internacionales copan un skyline que asemeja, en la distancia, la imagen de un código de barras (de ahí el nombre con que los habitantes de la ciudad han bautizado a la zona).

Ópera de Oslo. © Tu Gran Viaje
Ópera de Oslo, con el perfil del barrio Barcode detrás. © Tu Gran Viaje

Esta sucesión de torres modernas asomadas al fiordo tienen un vecino de excepción, que les complementa por su carácter de obra maestra de la arquitectura. Nos referimos al nuevo icono de la ciudad, el edificio de la Ópera de Oslo (Den Norske Opera & Ballet. Vestíbulo abierto al público de lunes a viernes, de 10h a 21h; sábados, de 11h a 21h; domingos, de 11h a 14h. Entrada libre), la mayor institución musical del país y que cuenta con una sede a su altura, una maravilla revestida de mármol de Carrara y cristal que busca -y consigue- recrear el efecto de un iceberg emergiendo del mar que se rompe contra la orilla.




Obra del estudio arquitectónico noruego Snøhetta -autores de otros proyectos de gran relevancia internacional como la Biblioteca Alejandrina en Alejandría, Egipto-, esta maravilla es, sobre todo, una fiesta al aire libre: los habitantes de Oslo pasean por su vestíbulo imponente y se hacen selfies en las escalinatas de marmol que rodean el edificio, pudiendo subir por toda la superficie del edificio (incluso el tejado), moteada de puntos que representan un tejido medieval. Frente a la Ópera está el nuevo Museo Munch, diseñado por el español Juan Herreros,




 

Museo Munch de Oslo. © estudio Herreros SLP
 © estudio Herreros SLP




De tour por el fiordo de Oslo

“La vida no es importante. Navegar sí lo es”, dice el adagio, que cobra toda su razón de ser en esta tierra de marinos que es Noruega, y que se experimenta en primera persona del modo más simple y gratificante tomando un tour de un par de horas -que se para recorrer el fiordo de Oslo. Con cien kilómetros de longitud, durante el verano el fiordo se convierte en una extensión más de la ciudad, con sus aguas surcadas por infinidad de embarcaciones -barcos de excursiones, botes privados, kayaks- que se dirigen, muchas de ellas, a las viviendas que se asoman a sus aguas, ya sea en el continente o en la infinidad de islas que salpican el fiordo.

Fiordo de Oslo. © Tu Gran Viaje
Fiordo de Oslo. © Tu Gran Viaje




Paseando por el centro de Oslo y el parque Vigeland

Más de un millón de personas visitan cada año el Parque Escultórico Vigeland (Frognerparken. Abierto las 24 horas del día. Entrada libre), un recinto de 32 hectáreas regalado por la ciudad al escultor Gustav Vigeland y que éste adornó con casi sesenta estatuas entre los años 1907 y 1942. El parque es el lugar más visitado de la ciudad, y las esculturas y bajorrelieves representan los diferentes aspectos del ciclo de la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Son todas las esculturas auténticas obras maestras, entre las que sobresalen dos: el Sinnataggen, o “niño enrabietado”, convertido en uno de los iconos de la ciudad y que se encuentra en el puente del parque, y el Monolitten -el “monolito”-, un bloque de granito de 17 metros de altura en el que hay esculpidas 121 figuras humanas entrelazadas.

El "niño enrabietado" (Sinnataggen) del parque Vigeland de Oslo. © Tu Gran Viaje
El “niño enrabietado” (Sinnataggen) del parque Vigeland de Oslo. © Tu Gran Viaje

Pasear por el centro de Oslo es hacerlo por calles apacibles, de arquitectura sencilla construida a escala humana, y que refleja a la perfección el ADN de esta nación escandinava (un claro ejemplo de ello es que, huyendo de toda solemnidad, la residencia de Erna Solberg, la primera ministra del país, está ubicada dentro de un complejo de pequeños edificios oficiales en la calle Inkognitogata, 18): otros hitos son el Centro Premio Nóbel de la Paz (Brynjulf Bulls plass 1. Abierto todo el año de lunes a domingo de 10h a 18h; en verano, también abre los lunes. Entradas: adultos, 100 coronas, menores de 16 años, entrada gratuita), donde se repasa el legado de Alfred Nobel y la historia del galardón -que se entrega anualmente en el ayuntamiento de la ciudad- a través de exposiciones temporales y conferencias, o el castillo de Akerhus (cercano al ayuntamiento. Abierto toda la semana de 7h a 21h, y de entrada libre) que fue construido alrededor de 1300. La arteria principal de la ciudad -con multitud de tiendas de primeras marcas, grandes hoteles y restaurantes- es la Karl Johans Gate, siempre a rebosar de paseantes.

Cementerio de Aereslunden. © Tu Gran Viaje
Cementerio de Aereslunden. © Tu Gran Viaje



El barrio de Grünerlokka es el Oslo más hipster (lo verems más adelante) pero, también, el más bucólico. Palacetes, grandes residencias, jardines… La quietud y la naturaleza se imbrican a la perfección en dos lugares del barrio, dispares entre sí, pero disfrutables por todos: el Jardín Botánico de Tøyen (Monrads gate, Tøyen. Abierto todo el año de 7h a 21h; invernadero, abierto de martes a domingo de 11h a 16h), un oasis de 75.000 metros cuadrados con varios museos de ciencias naturales y diferentes ecosistemas representados -el más curioso, probablemente, sea el que nos descubre cómo era la alimentación de los vikingos; y el cementerio Æreslunden, donde están enterrados Edvard Munch o Henrik Ibsen.

Jardín Botánico de Oslo. © Tu Gran Viaje
El Jardín Botánico de Oslo, en todo su esplendor veraniego. © Tu Gran Viaje
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Los museos de Oslo

La pujanza económica de Noruega -uno de los países más prósperos del mundo- y su constante inversión en educación y desarrollo de las artes consiguen que los noruegos sean uno de los pueblos más cultos del planeta. Noruega ha dado al mundo, además, grandes creadores: Edvard Munch y Henrik Ibsen son dos puntales de la cultura occidental, el primero por su ruptura en la pintura (de la que El grito es solo su ejemplo más conocido) y el segundo por ser el padre indiscutido del teatro contemporáneo. Ambos tienen en Oslo dos museos dedicados a recoger su herencia y mostrarnos su vida y obra.



El Museo Munch (Toyengata, 53. Abierto todo el año de 10h a 16, hasta las 17h en verano. Entradas: adultos, 100 coronas) atesora la mayor colección del artista (pero no El grito, que está en la Galería Nacional) y, durante este año ha visto cómo dialogaba en tres montajes con Mapplethorpe, Jones (una exposición de la que te hemos hablado aquí) y Jorn. Por su parte, el Museo Ibsen está en el barrio de Grünnerlokka, por el que acabamos de pasear, y se encuentra en la que fue residencia del autor, un espectacular apartamento de 400 metros cuadrados en el que el autor de Casa de muñecas vivió entre 1895 y 1906, cuyas diferentes estancias se pueden contemplar -del despacho a la cocina- y donde la exposición permanente Henrik Ibsen – De lo contrario muestra manuscritos, objetos personales y demás memorabilia relacionada con el autor.

Museo Ibsen de Oslo. © Tu Gran Viaje
El salón de la residencia de Henrik Ibsen en el museo que lleva su nombre. © Tu Gran Viaje

La Galería Nacional (Universitetsgata, 13. Abierto martes, miércoles y viernes de 10h a 18h; jueves, de 10h a 19h; sábados y domingos, de 11h a 17h. Entradas: adultos, 100 coronas. Menores de 19 años, entrada gratuita. Jueves, entrada gratuita), es el museo más grande del Noruega, con obras expuestas que abarcan desde la prehistoria hasta mediados del siglo pasado, y donde destacan las dos obras más conocidas de Munch, El Grito y Madonna. Destacan también sus exposiciones temporales: la actual (hasta el proximo 16 de octubre) es Japanomania, donde se exhiben, entre otras maravillas, una copia de La gran ola sobre Kanagawa.

El grito de Munch. Galería Nacional de Oslo. © Tu Gran Viaje
El grito, la obra más conocida de Edvard Munch, se exhibe en la Galería Nacional de Oslo. © Tu Gran Viaje

Los grandes viajeros amantes del arte tenemos la última parada en el museo Astrup Fearnley (Strandpromenaden, 2. Abierto martes, miércoles y viernes de 12h a 17h; jueves, de 12h a 19h; sábados y domingos, de 11h a 17h; lunes, cerrado. Entradas: adultos, 100 coronas), una maravilla del arquitecto Renzo Piano erigido en el barrio de Tjuvholmen, ganado al mar (y donde se encuentran algunos de los apartamentos más caros de Escandinavia), y que alberga la principal colección privada de arte del país.

museo Astrup Fearnley de Oslo. © Tu Gran Viaje
100% Renzo Piano el museo Astrup Fearnley de Oslo. © Tu Gran Viaje

Y hemos dejado para el final de esta selección dos museos muy populares y que también capturan el carácter noruego, del que la exploración y la navegación son indisolubles. Se trata del Museo Fram (Bygdøynesveien, 36. Abierto toda la semana de 10h a 16h, en verano de 9h a 18h. Entradas: adultos, 100 coronas; menores de 16 años, 40 coronas) donde se exhibe el buque polar con el que Amundsen viajó a la Antártida (y que realizó dos expediciones polares más), y al que también se puede llegar durante el verano en ferry, y el muy cercano museo Kon-Tiki (Bygdøynesveien, 36. Abierto toda la semana de 10h a 17h. Entradas: 95 coronas, menores de 6 años, entrada gratuita), donde se exhibe la balsa con la que el aventurero noruego Thor Heyerdahl cruzó el océano Pacífico a mediados del siglo pasado, además de otras embarcaciones con las que realizó singladuras no menos espectaculares.




Las mejores vistas de Oslo, desde el trampolín de Holmenkollen

La práctica del deporte es algo que no puedes obviar cuando estás en Oslo. Es una pasión enfervorizada la que tienen por ella los habitantes de la ciudad: el estar rodeada de naturaleza virgen es algo que, desde luego, contribuye a que, mires donde mires, veas kayaks, bicicletas, botes, patinadores, ciclistas, e imagina durante el invierno: en los bosques que rodean Oslo hay más de 2.700 kilómetros de senderos habilitados para practicar el esquí de fondo… Uno de los puntos más reconocibles de la ciudad es el trampolín de Holmenkollen -el único trampolín de esquí construido en acero del mundo-, desde donde se tienen las mejores vistas -impresionantes- de la ciudad, y a cuyos pies hay un pequeño museo de esquí.

Panorámica de Oslo. © Tu Gran Viaje
© Tu Gran Viaje

El Oslo más alternativo: Gronland, Grünerløkka, Youngstorget

Como toda gran ciudad europea, Oslo tiene una población multiétnica que la dota de un carácter cosmopolita muy de agradecer.
en las calles del barrio de Gronland, en el centro, restaurantes y bares de moda coexisten con mezquitas, establecimientos halal y fruterías centroamericanbas. La escena hipster es la protagonista de Grünerløkka, con Sondregate y calles adyacentes como centro vital (terrazas, restaurantes, bares, tiendas de diseño, barberías, tiendas de antigüedades…), y la noche -aunque sea una teñida de azul índigo y naranja, bañada por el sol de medianoche- pasa indefectiblemente por la plaza Youngstorget y alrededores, de coctelerías y pubs de los que nunca se quiere salir, como Torggata botaniske o Internasjonalen

Retro Lykke Kaffe Bar Oslo. © Tu Gran Viaje
El Retro Lykke Kaffe Bar, en Markveien 33, es un paraíso hipster. © Tu Gran Viaje
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