Un Gran Viajero llamado Ramón Llull


Manuscrito de medicina Liliana escrito por Juan de Santa Gertrudis, siglo XVIIl, autor también de un libro de viajes por Colombia. Cortesía de la Biblioteca Nacional de España
Manuscrito de medicina Liliana escrito por Juan de Santa Gertrudis, siglo XVIIl, autor también de un libro de viajes por Colombia. Cortesía de la Biblioteca Nacional de España

El Año Llull 2016 se está celebrando con una gran cantidad de actos tanto en Mallorca, como en Barcelona y Madrid.

Esta gran alharaca conmemora los 700 años de la muerte de quien fue capaz de inventar con su Arte uno de los sistemas filósoficos más importantes y difundidos de la Edad Media, y encima los libros de Llull a partir de las primeras imprentas del siglo XV comenzaron a difundirse y leerse en medio mundo, fueron best-sellers incluso en América. Hace unas semanas en la Librería Blanquerna, el espacio cultural de la Generalidat de Catalunya en Madrid, Joan Santanach, profesor de la Univesidad de Barcelona y comisario del Any Llull 2016, dio una conferencia en la que repaso los pormenores, y vida y milagros de Raimundo Lulio.

En su disertación planteó una serie de hipótesis interesantes y no exentas de actualidad. Por ejemplo, que en los tiempos de Lulio (tal vez a diferencia de hoy) la razón tenía un peso importante en la religión musulmana y había que intentar refutarla lo más científicamente posible, de ahí que el mallorquín inventara el Arte. Hoy la situación es otra. Santanach dijo que se espera a finales de año el anuncio de la canonización de Llull, que también será pronto Doctor de la Iglesia (el título que el Papa concede a los santos por su erudición) y que la vida del sabio mallorquín fue contemplativa pero que no se despegó completamente de los asuntos terrenales; o sea que hay un Llull práctico y también tozudo porque podría haber pasado los últimos años tranquilamente en Mallorca y se fue a jugársela a Túnez, ya octogenario. Dejó claro que no fue Raimundo un iluminado y un descontrolado sino un hombre de una gran inteligencia y diplomacia que era consciente de los límites desproporcionados de su misión evangelizadora. Sobre porqué fallo en sus objetivos, Llull lo achacaba a la falta de apoyo de los políticos de su época.

Raimundo Lulio o Ramon Llull (1232-1315 ó 1316), como hemos dicho, fue un gran viajero: varias veces se sentó en París para convencer a los teólogos de la Universidad de la Sorbona, anduvo también por Génova, mucho por Roma, por la Pequeña Armenia (Ayas, Yumurtalik, hoy Turquía), incluso seguramente llegó a visitar los Santos Lugares y pisar tanto el Santo Sepulcro como Belén, donde nació Jesús. Estuvo varias veces en el norte de África y de hecho tratando de convencer por las buenas los musulmanes de las virtudes cristianas fue apedreado y de eso murió. Sus restos descansan en un precioso sepulcro gótico sito en la iglesia de San Francisco de Palma.

Estos días se puede ver en la Biblioteca Nacional una magnífica exposición de libros y manuscritos lulianos. Una oportunidad única para disfrutar del gran filósofo que influyó en Leibniz e incluso en los cabalistas modernos. Los tres grandes especialistas en la obra de Llull son Jordi Gayà Estelrich, Antonio Bonner y el Domínguez Reboiras de la Universidad de Freiburg.

Para saber más sobre los viajes de Ramón Llull: www.jordigaya2.eu/biografia/bio_ind.html