Hoy, trazamos la historia de uno de los iconos de Madrid: el muro de Joan Miró para el Palacio de Congresos de Madrid.

El nuevo plan del Ayuntamiento, aprobado inicialmente el pasado febrero, es hacer un estadio Bernabéu verdaderamente galáctico y frente al mismo un hotel de lujo de 23 plantas que será un edificio anejo al Palacio de Congresos y Exposiciones que es una construcción de gran valor artístico no por el edificio en sí, sino por el mural de Joan Miró que, casi seguro, se gestó en su estudio mallorquín de Son Abrines (1979).

El Consistorio matritense y el Ministerio de Industria quieren privatizar el palacio de Congresos y que el adjudicatario se encargue de ampliar el Palacio de Congresos y de construir el hotel anejo en una operación que se calcula costará 86 millones de euros. El adjudicatario será el encargado de explotar ambos negocios.

 

Palacio de Congresos de Madrid
Así era el Palacio de Congresos de Madrid antes de que se colocara el mural de Mirò

 

El palacio de Congresos es propiedad del Ministerio de Industria y de Turespaña, data de 1970 y lleva cerrado desde 2012, le cuesta al departamento de José Manuel Soria dos millones de euros al año porque hay que mantener a 28 funcionarios que, prácticamente, no tienen nada que hacer. Tanto el ministro Soria como Ana Botella y la delegada de Urbanismo del Ayuntamiento, Paz González, quieren revitalizar el palacio actualmente en completo desuso.

 

Zona remodelada del Palacio de Congresos de Madrid
Así quedará la zona del Palacio de Congresos de Madrid tras la reforma planeada.

 

El mural de Miró, que es el único elemento con un trozo del vestíbulo que está protegido, no se puede tocar y no se tocará según fuentes municipales. El boceto del mural del palacio de Congresos, por el que Miró cobró diez millones de pesetas, fue terminado por el artista barcelonés en 1979, el original se encuentra en el Museo Reina Sofía, es un gouache sobre papel (103,5 x 579,5 cm). Sobre ese boceto Joan Gardy hizo 7.056 piezas cerámicas de 20×30 cm que ocupaban una superficie de 550 m2 y que fueron colocadas en el palacio de Congresos, en su momento fue el segundo mural de este tipo más grande del mundo, solo superado por otro mural mironiano que está en Wiesbaden (Alemania). El mural no fue hecho con los materiales apropiados y tuvo que ser restaurado años después.