Bali, la isla de los dioses, fascina a millones de viajeros como uno de los destinos turísticos más paradisíacos del mundo.
Playas infinitas de arena blanquísima, el azul turquesa de las aguas, el mar como un espejo, templos hinduistas sacados de películas… Bali, la isla de los dioses, es un lugar increíblemente mágico que atrae a visitantes de todo el mundo, que caen enamorados al degustar su cóctel de belleza, tranquilidad, exotismo y espiritualidad.
La naturaleza de Bali se antoja un regalo de los dioses que dan nombre a la isla: vegetación frondosa, cascadas, verdes terrazas escalonadas donde se cultiva el arroz, arrecifes de coral bajo los que bucear, palmerales suspendidos sobre acantilados de vértigo que parecen no haber sido descubiertos por el hombre hasta que hemos llegado nosotros, y una cadena de seis volcanes que conforman uno de los skylines de belleza más singular del Índico.
Bali es un lugar de leyenda, exótico e inolvidable, que no parece de este mundo y donde es imposible no encontrar el Nirvana. La apacible Bali nos invita a que disfrutemos de todos sus secretos, con una sonrisa que no podremos borrar de nuestro rostro.
Resorts y spas en Bali de auténtico lujo
Bali goza de una excelente infraestructura turística –incluido un aeropuerto internacional- que la ha posicionado como uno de los destinos más célebres y exclusivos del mundo. Su oferta hotelera, aún cubriendo todos los segmentos, está claramente orientada hacia un turismo de calidad.
La mayoría de los hoteles y villas turísticas se encuentran entre Canggu y Uluwatu, la zona más desarrollada de la isla: ahí se encuentra el hotel Grand Aston Bali, con una decoración que fusiona el diseño minimalista más contemporáneo con la mejor tradición balinesa.
Son opciones muy destacables el Melia Bali The Garden Villas, un lujoso establecimiento junto a la espectacular playa de Nusa Dua, o el Kupu Kupu Barong, un exclusivo resort de sólo 25 habitaciones, situado en Ubud y rodeado por 3 hectáreas de jardines tropicales: con unas vistas hipnotizantes del espectacular valle del río Ayung, es el refugio ideal para los viajeros más expertos, aquellos que desean disfrutar del auténtico Bali.
No menos espectacular es el Hotel Bvlgari Resort que, cerca de Pecatu, ofrece a los huéspedes de sus 59 villas privadas auténtico lujo y refinamiento: su playa privada, de casi dos kilómetros, es sólo uno de sus numerosos e inolvidables atractivos.
Playas, tiendas, folclore… La esencia de Bali
La animación se concentra en las zonas de Legian y Seminyak: los cinco kilómetros de su calle principal, llamada Raya Seminyak, que llega hasta Kuta, son una fiesta durante la noche, al calor de los numerosos locales de ocio –pubs, bares, restaurantes, discotecas. Durante el día, el protagonista es el shopping: la larga calle está flanqueada de comercios para todos los gustos y bolsillos.
Artesanías, moda, accesorios, joyería, vintage, decoración, grandes marcas internacionales… y muchas pequeñas tiendas donde lo cool es la norma. Los arenales y playas más espectaculares son las de Dreamland o Nusa Dua, donde además de tomar el sol sobre la arena blanca, podremos practicar diversos deportes acuáticos, y en especial disfrutar de maravillosas jornadas de buceo.
La playa más popular es la de Kuta, que nos ofrece la mayor oferta de restaurantes, comercios y hoteles. Una visita obligada en la isla es la ciudad de Ubud, en el centro de la isla y accesible desde cualquier punto de Bali, Su mercado es el lugar perfecto para comprar productos típicos (¡regatear es obligatorio!) Frente al mercado se encuentra el palacio de Puri Saren, donde todas las tardes se representan para los turistas las danzas más típicas del folclore balinés.
Bali espiritual
En Bali la espiritualidad está presente en todos sus rincones. No se entienden sus esquinas, sus puentes, sus comercios o sus hogares sin las ofrendas de flores y los altares domésticos; y en las rocas, los árboles y los caminos encontramos pequeños santuarios en los que la creencia popular dice que viven las divinidades. Así, la isla está repleta de templos llenos de color donde las fragancias del incienso impulsan la espiritualidad.
El más conocido de todos es el templo de Pura Luhur, construido en el siglo XI en lo alto de un acantilado de más de 200 metros sobre el mar y que también es conocido como el templo de los monos, pues es custodiado por centenares de ellos, de cierta agresividad y que a la mínima oportunidad se aprovechan de la inocencia del turista para quitarle sus objetos y jugar con ellos. En el norte de la isla, cruzando los parajes de fábula de Bukit Jambul, se encuentra uno de los templos más importantes del hinduismo, Pura Besakih, un complejo sagrado donde sobresalen el santuario de Pura Panataran Agung con sus torres merus coronando una serie de altas terrazas y la capilla de la Trisakti, la trinidad hindú compuesta por Brahma, Vishnu y Shiva.
