Echarse al barro entre Malí y Mallorca: “El cuaderno del barro” de Miquel Barceló


Miquel Barceló presenta en Madrid su performance-película “El cuaderno del barro”

El pasado jueves 15 de noviembre, con un público entregado, Miquel Barceló presentó en el acogedor auditorio de la Fundación Mapfre, en el Paseo de Recoletos de Madrid, su performance-película El cuaderno de barro, rodada en Mali. De la misma pienso que lo más impactante son las escenas en las que el felanitxer hace una serie de retratos a unos albinos malinenses utilizando, entre otros, productos la lejía. A Barceló lo presentó el crítico de arte Calvo Serraller; luego, el pintor dio una breve charla sobre lo que el barro significa en su concepción artística, pero lo mejor del acto vino cuando los asistentes comenzaron a preguntarle. El mallorquín los despachó a todos con mucha ironía, soltura y, sobre todo, profundizando en cada cuestión planteada. La gente no se quería ir y algunas señoras le jalearon y le llamaron genio; Barceló agradeció el piropo y salió casi a hombros porque un montón de peña le acosaba para que firmara libros y catálogos, y hasta el programa de la conferencia.

Miquel Barceló es un trabajador nato y voraz, un nómada que lleva ya muchos años tratando de reinventarse y, como el mismo dice, tratando de dinamitar su estilo. Para Barceló todo es pintura, y el trabajo en la catedral de Palma lo considera una pintura sobre barro. Habló de los problemas técnicos para poder ilustrar la capilla y se quejó de aquellos que nada más terminar la obra decían que habían salido grietas, cuando esas grietas estaban hechas a propósito. También se quejó de los que lo están poniendo verde por los materiales usados en la cúpula de Ginebra:  dijo que es una obra bien resuelta y que las estalactitas no tienen un soporte estructural porque es la pura pintura la que las acerca a su realidad cárstica. Hizo varias referencias a Miró a quien hace años definió como “el mejor artista que ha trabajado en Mallorca”. Luego hubo muchos matices interesantes: su admiración por Warhol (un pintor que está en sus antípodas), su uso de la arcilla de Felanitx, su visión de la materia fecal en el Himalaya y otras muchas cosas jugosas y viajeras que el público que pudo entrar disfrutó y agradeció, fueron legión los que se quedaron fuera cabreados por no poder asistir a la función. Orejas y rabo para el Maestro de Felanitx.

[message_box title=”Sobre el autor” color=”blue”]

Jesús García Marín es historiador y erudito, y ha publicado más de cien libros de materias tan dispares como la historia, el deporte o las guías de viaje; actualmente, es columnista del diario mallorquín Última Hora.[/message_box]