Continuamos nuestro Gran Viaje a Cracovia por dos de los barrios más emotivos de la ciudad. Sí, emotivos, porque la visita no deja de recordarnos uno de los acontecimientos más negros de nuestra historia reciente.

Un reportaje de Ángel Ingelmo

Nuestra visita va a ser un paseo entre el dolor y la muerte, pero con una gran ventana abierta hacia la esperanza contemplando el presente. A la par que vamos siguiendo las huellas de la población judía de Cracovia, iremos descubriendo el especial ambiente del barrio, muy animado y con bastantes guiños a su cultura, especialmente gastronómica, y también los recuerdos dejados por los católicos que se traducen en varias iglesias, entre las que destacaríamos la de Santa Catalina y Santa Margarita (Kościół Św Katarzyny i Małgorzaty), una de las muestras más bonitas del gótico en la capital, y la del Corpus Christi (Kościół Bożego Ciała), que alterna en su estilo el gótico original de su arquitectura con el barroco de la decoración interior.

Iglesia del  del Corpus Christi (Kościół Bożego Ciała) de Cracovia.
Iglesia del del Corpus Christi (Kościół Bożego Ciała) de Cracovia.

La Cracovia judía

Pero antes de seguir, repasemos un poco de historia para entrar en materia. Los primeros judíos que llegaron a Cracovia lo hicieron en el siglo XV y se establecieron en Kazimierz, en aquel momento un pequeño pueblo independiente de la capital. Con el paso de los años fue creciendo hasta convertirse en una pequeña ciudad que acabaría anexionada por Cracovia. Cuando llegaron los alemanes su población se estimaba en torno a los 65.000 habitantes, que disponían de sus propios mercados, escuelas, sinagogas y cementerios. En 1993 se produjo un acontecimiento que cambiaría su antigua forma de vida, fue el estreno de la película de Steven Spielberg “La lista de Schindler”, rodada en el barrio en los mismos lugares en que trascurre parte de los acontecimientos narrados. En el actual museo “Cracovia bajo la ocupación” se subirá por una escalera, que en la película, conduce al despacho de Schlinder, en una pequeña plaza junto a unos restaurantes la escalera bajo la que se esconde un niño que huye de los nazis y, en la Plaza de los Héroes del Gueto (Plac Bohaterów Getta), los restos de los pabellones utilizados para controlar el paso de la gente entre el gueto y la ciudad y un poco más arriba de esta plaza un tramo del muro que cerraba el gueto.

Plac Wolnica, Cracovia.
Plac Wolnica, Cracovia.

La primera parada de nuestro circuito será la Plac Wolnica, la antigua plaza del mercado de Kazimierz y donde está su ayuntamiento (Ratusz Kazimierski), para seguidamente ir a otra plaza, Plac Nowy, más conocida por Plaza de los Judíos y en cuyo centro hay un edificio circular que primero fue un mercado y luego matadero ritual judío para aves, destino que conservó hasta la ocupación alemana. Hoy acoge unos cuantos puestos de zapiekanki, una especie de tosta o media baguette que se solía acompañar de queso y setas, pero que ahora lleva de todo. Se han hecho muy populares y nadie que pase por la plaza deja de probarlas. Y alrededor, unos cuantos bares con sus terrazas y un mercadillo.

La Ulica Szeroka, un bucólico presente

La Ulica Szeroka más que una calle parece una plaza, hoy tomada por las terrazas de los bares y restaurantes. Si se repara en las puertas de algunas casas, será posible ver los anclajes para colocar la mezuzá, pergamino con versículos de la Torá que los judíos tocan antes de entrar en la casa. Por cierto en una de estas casas vivió la famosa Helena Rubistein, que se haría mundialmente famosa y millonaria con sus cosméticos, según dicen siguiendo una receta que preparaba su abuela. Las Víctimas del Holocausto son recordadas con una roca de granito. También hay una sinagoga, Stara Synagoga, de finales del siglo XV y que sería reconstruida al finalizar la guerra y convertida en museo. Y seguimos visitando sinagogas: Synagoga Izaaka (ulica Kupa, 18), construida en 1640 por un rico banquero llamado Izaak Jakubowicz y ahora convertida en museo; Synagoga Remuh z Cmentarzem, de las más pequeñas del barrio y que aún se utiliza para servicios religiosos y al lado un cementerio que sería clausurado en el XIX y luego destruido por los alemanes; Sinagoga Tempel (ulica Miodowa, 24), de 1862 y con una decoración de inspiración morisca; Sinagoga Kupa (ulica Warzauera, esquina ulica Kupa), de 1640 y la primera que volvió a destinarse al culto finalizada la Segunda Guerra Mundial.

Restaurante Ariel en la Ulica Szeroka, Cracovia. Foto © Jongleur 100
Restaurante Ariel en la Ulica Szeroka, Cracovia. Foto © Jongleur 100

Dejamos Kazimierz y cruzamos el río por una moderna pasarela para llegarnos al barrio de Podgórze, hoy en avanzado estado de renovación y que ha sido elegido por numerosos bares y locales de ocio para abrir sus negocios, de ahí que sea una de las zonas más animadas de la capital. El barrio surgió a finales del XVIII cuando el archiduque José II de Austria tuvo la idea de crear una nueva ciudad a este lado del río para alojar a los austriacos. Durante el XIX viviría sus mejores años y en 1915 fue anexionado por Cracovia. Y así continuó hasta que en 1941 los alemanes crearon dentro de este barrio el gueto judío, que dos años más tarde sería arrasado y que hoy va a centrar nuestra visita.

Plaza de los Héroes del Gueto (Plac Bohaterów Getta) de Cracovia.
Plaza de los Héroes del Gueto (Plac Bohaterów Getta) de Cracovia.

Las dos plazas más emblemáticas son la Rynek Podgórski, con un trazado trapezoidal y que acoge el Ayuntamiento, un edificio de estilo historicista, y la iglesia de San José (Kościół św. Józefa), y la Plac Bohaterów Getta, la Plaza de los Héroes del Gueto que sería remodelada en 2005 cuando se añadieron las esculturas de las sillas que simbolizan a los judíos reclutados en este lugar para ser enviados a los campos de exterminio. En la parte de abajo aún se conservan un par de pabellones que eran utilizados para el control del personal, mientras que en la parte de arriba, a unos metros de la plaza, pueden verse unos restos del antiguo muro que cerraba el gueto, su forma redondeada de la parte superior evoca de alguna manera las tumbas de los cementerios. En una esquina de esta plaza está la Farmacia Bajo El Águila (Pod Orlem). Se trata de una farmacia inaugurada en 1909 por Józef Pankiewicz y que a partir de 1933 fue heredada por su hijo Tadeusz Pankiewicz, quien durante la ocupación alemana y con la ayuda de tres farmacéuticos de confianza convirtió su local en un centro de reuniones clandestinas y en un punto de ayuda para los judíos (se proporcionaba refugio, comida e incluso se hacían documentos falsos). Nacionalizada en 1951 fue cerrada en 1967 por las autoridades comunistas y convertida en cervecería. Gracias al empeño y apoyo de Roman Polanski y Steven Spielberg, entre otras personalidades, fue restaurada y convertida en museo.

Rynek Podgórski, Cracovia
Rynek Podgórski, Cracovia

Para poner punto final a la visita vamos a ir hasta el museo Cracovia bajo la Ocupación (1939-1945), para ello os aconsejamos acceder a través de la pasarela Auschwitzwieliczka, un montaje de hormigón con 17 metros de largo del artista Miroslaw Balka (os hemos contado su historia en esta crónica de otro Gran Viaje a la Cracovia de Schindler), así que tan solo recordaros que se trata de un espacio creado en la que fuera fábrica Emalia, la misma donde Oskar Schindler dio trabajo a tantos judíos con el fin de evitar su envío a los campos de concentración. Aunque se ha reconstruido el despacho que tenía Oskar Schindler y se recuerda tanto su vida como la de sus colaboradores, el museo es ante todo un paseo por la Cracovia ocupada por los alemanes.

 

Sobre el autor

El periodista y escritor salmantino Ángel Ingelmo es uno de los autores de guías de viaje más destacados de España. Tras haber residido en Francia y Escocia, lugares en los que frecuentó los círculos artísticos e intelectuales, regresó a España, donde, desde comienzos de la década de los Ochenta hasta la actualidad, ha traducido obras literarias, colaborado en medios de comunicación y escrito más de un centenar de guías de viaje de todo el mundo.