Pilar Carrizosa nos invita a perdernos y disfrutar de una escapada a Toro y Zamora repleta de excelente gastronomía, cultura y citas imprescindibles.

Deambulamos por el extremo sureste de la provincia donde confluyen los territorios de Zamora y Valladolid y donde emerge la comarca vitivinícola de Toro. Su backstage a nivel paisajístico está bañado por el Duero, en una serpenteante ondulación que conecta con una montaña en desnivel rumbo al entramado urbano. Es donde se asientan las edificaciones de casita y techo a dos aguas. Justo allí, en Vega de Toro, tuvo lugar la batalla de Toro, decisiva en el logro de la Corona de Isabel de Castilla, el 1 marzo de 1476 contra el reino de Portugal. Esa pincelada histórica reverbera en el ambiente, y se fusiona este año con otra: el arte sacro que condensa otra reina imperiosa, la Colegiata de Toro o Iglesia de Santa María, edificada en los siglos XII y XIII, de soberbia cúpula gallonada.




Imprescindible: El Museo del vino

A tiro de piedra de Todo, y de entre las 60 bodegas que hay en la Denominación de Origen, hay que hacer un alto en el camino en Morales de Toro, y detenerse en el Museo de Vino Pagos del Rey (Avd. de los Comuneros, 90, Morales de Toro. www.pagosdelreymuseodelvino.com), inaugurado en 2014. Es el primer espacio interactivo vitivinícola creado por Pagos del Rey, y pretende conjugar tradición y modernidad en las técnicas de elaboración del vino. El objetivo no es la cata final sino conocer en profundidad la historia y cultura del vino de la zona.

Otra de las bodegas que bien merece una excursión es Divina Proporción (Camino del Cristo s/n, junto a la ermita del Cristo, Toro); en el cóctel se incluye un paseo tranquilo por los viñedos, probar el arroz zamorano, el rabo de toro, la carrillera y las patatas a la importancia, regado con la uva tinta de Toro de corte tempranillo, con un caldo 24 mozas (con el nombre de la canción escrito en el corcho); lo que es sin duda…un placer para el paladar. De pronto el camarero dice “¡Madre, mia!”“¡Abradacabra!”, y muestra en cada mano dos referencias más de vino que cuando las pruebas… entiendes el porqué de tales expresiones y por qué el vaticano ha comprado siempre el vino en Toro.




En Zamora, capital imprescindible del Románico español

A 39 kilómetros de Toro está Zamora, la capital del Románico con dos joyas a tiro de piedra: el Lago de Sanabria (que, con 320 hectáreas de extensión, fue originado por la glaciación de Würm y es ideal para los amantes del turismo rural y para deleitarse con su bellísmo paisaje, todo un lujo para esas tardes de efecto anti estrés) y el Parque Natural de Los Arribes del Duero, de 106.105 hectáreas, con posibilidad de hacer un crucero medioambiental por el mismo.

 

Escapada a Toro y Zamora con Pilar Carrizosa en Tu Gran Viaje
Escultura de Baltasar Lobo ante el castillo de Doña Urraca

 

De allí, se impone un paseo por lo medieval gozando del look de “piedra pudinga” zamorana en tono amarillo salpicado en todas las fachadas, y disfrutando sin piedad de la “capital del románico”. No en vano Zamora lleva con honor dicho galardón por este gran entramado artístico que encierran sus 22 iglesias que justifican de sobra tal retribución, la ruta plagada de Arte Sacro. Una ruta que invita, de pronto, a otro parón en seco delante de la solemne Catedral, para contemplar el estremecedor monumento junto al Castillo de Doña Urraca, (que no vivió allí, sino en su gozoso palacio, en la fortaleza se instalaba la tropa), pero chascarrillo aparte, es otro imprescindible.

Paraísos cercanos