Dresde, una de las ciudades más bellas de Europa, estará por siempre ligada a Richard Wagner. El compositor vivió largas temporadas en la “Florencia del Elba” y obtuvo en ella algunos de sus más grandes éxitos. Hoy, sus calles y avenidas son un recordatorio de su paso vital.

Al año de nacer, Richard Wagner, su madre y su padrastro Ludwig Geyer, se mudaron a Dresde. No tardaría el joven Wagner en sentir la llamada del arte: en la presentación de la obra de Weber El viñedo junto al Elba, motivada por una boda en la Familia Real, interpretó como figurante a un ángel. El 2 de diciembre de 1822 entró Wagner en la Kreuzschule (Escuela de la Santa Cruz), y fue allí donde decididamente se despertó su pasión por la ópera: fue durante los servicios religiosos de la Kreuzkirche (Iglesia de la Santa Cruz) que conoció el Amen de Dresde, que le sirvió como Leitmotiv para su última ópera, Parfisal. En 1828, la familia regresaría a Leipzig, y no fue hasta unos años más tarde que Dresde volvería a convertirse en hito del mapa vital de Wagner.

Tras una corta visita en el verano de 1837, volvió Wagner finalmente en 1842 a Dresde con motivo del estreno de su ópera Rienzi. Como le contaba en una carta a Robert Schumann, “He elegido Dresde para el estreno, y no Berlín, aunque tuve las mismas posibilidades de elegirla, porque en Dresde, con respecto a lo intensivo de la presentación, puedo pronosticar un gran éxito, mucho mayor que si se realizara en Berlín”. Wagner llegó el 12 de Abril con su primera mujer Minna al hotel “Stadt Gotha” de Dresden, en el actual número 5 de la calle Schloßstraße. Unos pocos dias después, instalaron ellos su vivienda en el número 7 del callejón Töpfergasse, en frente de la Iglesia de Nuestra Señora (Frauenkirche) de Dresde. De ahí se mudaron al número 5 de la calle Waisenhausstraße (hoy un edificio de oficinas), y poco después a una pequeña casa en el número 9 de la calle Marienstrasse. Tras el estreno el 2 de enero de 1843 de El holandés errante y conseguir el puesto de director de la orquestra Hofkapelle (hoy Sächsische Staatskapelle)volvió a mudarse, en esta ocasión al por aquel entonces número 6 de la avenida Ostra, hoy el número 11.

 

Fachada de la Semper Opera, Dresde | El Dresde de Richard Wagner | Tu Gran Viaje a la Alemania de Wagner
Fachada de la Semper Opera, Dresde

 La Ópera Semper fue construida entre 1837 y 1841 y reconstruida en dos ocasiones: tras un incendio en 1869, y tras los bombardeos aliados de la II Guerra Mundial

Como director del Hofkapelle, se preocupó especialmente Wagner en dirigir óperas alemanas y francesas. Uno de sus momentos cumbres al frente de dicha orquesta fue el concierto del 6 de Julio de 1843 en la iglesia Frauenkirche de Dresde: cien músicos de cámara y 1200 cantantes interpretaron Das Liebesmahl der Apostel. En ese mismo año conoció Wagner a Gottfried Semper, quien había construido la Ópera de la ciudad en la Theaterplatz (plaza del Teatro), en la cuál actuó Wagner. Discutieron largo y tendido sobre cómo debería ser, arquitectónicamente hablando, el teatro ideal: conversaciones de las que ambos aprendieron, tanto Semper -que aplicó muchas de las ideas surgidas de esas conversaciones en la Semper Opera– como Wagner, que haría lo propio con su Teatro del Festival de Bayreuth.

“He elegido Dresde para el estreno, y no Berlín, aunque tuve las mismas posibilidades de elegirla, porque en Dresde, con respecto a lo intensivo de la presentación, puedo pronosticar un gran éxito, mucho mayor que si se realizara en Berlín”

El 19 de octubre de 1845 es una de las fechas marcadas con rojo en el calendario de la historia de la música. Esa noche se estrenó en la Semper Opera el Tannhäuser y, al año siguiente, Wagner se mudó a una finca de campo en Graupa en la que trabajaria fructíferamente. En ella escribiría la partitura de Lohengrin. Y es allí, en medio de un romántico paisaje de bosques, donde se eleva el mas grande monumento del compositor, que muestra a un Wagner imponente gralshüter (protector del Santo Grial). Una vez más se mudaría Wagner: una placa conmemorativa en la actual clínica Fiedrichstadt nos recuerda que, en 1847, Wagner se trasladó al palacio barroco Marcolini.

Al año siguiente comenzaría una de las etapas más convulsas de la vida de Richard Wagner. Sus encontronazos con la administración -quiso cambiar la estructura musical de la ciudad, propuso al ministerio la creación de un teatro nacional, quiso renovar la ópera…- coincidieron con los primeros trabajos en La epopeya de los Nibelungos; y participó activamente en la Revolución política con artículos en la prensa local. Cuando terminó la revolución de 1848, fue reclamado por los tribunales y huyó a Suiza junto con Semper. La orden de arresto levantada contra él le impidió regresar a la ciudad hasta 1862, cuando le fue levantada. A partir de entonces, sus visitas serían escasas y cortas. Actualmente Dresde conserva con orgullo el legado de Richard Wagner: Tannhäuser, Lohengrin y Tristán e Isolda forman parte de la programación estable de la Semper Ópera.

Interior de la Frauenkirche durante un concierto