Bertrand Piccard, la fuerza del sol


Betrand Piccard a los mandos del avión Solar Impulse

El proyecto Solar Impulse es una de las aventuras tecnológicas más emocionantes de los últimos años. Un avión propulsado por energía solar que vuela eternamente y tras el que está el talento superlativo de un hombre de otro tiempo, Bertrand Piccard.

Un globo aerostático aterriza en un lugar anodino perdido en Egipto tras casi veinte horas de vuelo ininterrumpido. El récord mundial de vuelo sin escalas en globo tiene un precio a pagar por los cuarenta y seis mil kilómetros recorridos desde el despegue en Suiza: apenas quedan cuatro litros de combustible. Uno de sus dos pilotos y principal valedor del récord, Bertrand Piccard, decide que debe haber un modo de viajar sin consumir combustible alguno. El sol centellea en el cielo egipcio. La solución es tan evidente como utópica.

Trece años después de la hazaña, el récord sigue imbatido y el Solar Impulse, un avión propulsado por energía solar, acaba de aterrizar en el verano de Madrid tras recorrer un periplo que le ha llevado desde Ginebra a Ouarzarzate, cruzando el Mediterráneo. Un éxito que es fruto laborioso de un proyecto que arrancó en 2003 y al que dan forma un equipo de setenta especialistas, más de ochenta patrocinadores -entre ellos, las más avanzadas compañías europeas: Omega, Solvay, Schindler, Deutsche Bank…) y que se traduce en un avión con la envergadura de un Airbus A340, el peso de un coche normal, la potencia de un ciclomotor… y la posibilidad de volar día y noche sin parar, gracias a la energía almacenada en sus 12.000 baterías. Conocimos a los hacedores del proyecto, los suizos Bertrand Piccard y André Borschberg, en un encuentro patrocinado por Omega el pasado verano en Madrid, en el que conversamos en profundidad con Piccard, el principal alma mater de Solar Impulse.

¿Cómo nace el proyecto Solar Impulse, cómo se gesta?

El proyecto empezó en Egipto hace muchos años. Al igual que André, procedo de una familia de exploradores: mi abuelo fue la primera persona en llegar a la estratosfera, y mi padre fue el primero en descender a lo más profundo de los océanos en las Marianas, once mil metros descubriendo nuevas especies; y yo fui el primero en dar la vuelta al mundo en globo sin escalas en 1999. Cuando aterrizamos en el desierto egipcio, sólo me quedaban cuatro litros del combustible con el que partí. Entonces, tuve claro que había que desarrollar el poder volar sin usar combustibles fósiles, usando únicamente energías renovables. Fue así como nació la visión del proyecto Solar Impulse.

¿Cómo funciona el Solar Impulse?

Es el avión más increíble del mundo. Con un piloto a los mandos este avión puede volar día y noche sin combustible porque, durante el día, recolecta energía suficiente para mover cuatro motores eléctricos y cargar las baterías de tal manera que durante la noche vuelas con las baterías, hasta que llega el amanecer y continuas y vuelas otro día del mismo modo… y así puedes estar en el aire perpetuamente. Esto pone el foco en lo que conocemos como “energías limpias”, todas estas tecnologías disponibles en el mercado para reducir la dependencia en energías fósiles, y en el hecho de producir fuentes renovables. La razón de ser de Solar Impulse es la intentar transmitir emociones positivas, despertar nuestro espíritu pionero a través de la aventura y la exploración para que, con ellas y estas nuevas tecnologías, mejoremos nuestra calidad de vida. Y demostrar que, si puedes volar perpetuamente usando energía solar, nadie puede decir que es imposible emplearla del mismo modo en los coches, los ordenadores o lo que sea.

¿Es realmente la energía más limpia de todas?

Sí. De hecho, es la única energía que nos permite volar sin usar combustible. El hidrógeno es muy limpio, pero si produces hidrógeno en tierra con energía solar, en cuanto lo pones en un avión ya es un combustible, y cuando te quedas sin él tienes que aterrizar. Y lo que queremos hacer con nuestra carrera, el propósito de nuestro reto, no tiene límites: es estar en el aire por siempre.

¿Hay algún otro proyecto similar en el mundo del que tengan conocimiento? En China, Estados Unidos…

No sé de ningún proyecto similar al nuestro, aunque por supuesto que hay otros proyectos basados en aviones de energía solar pero que vuelan únicamente durante el día, y sin baterías, algo que existe desde hace treinta y cinco años. Ya en 1981 se cruzó el Canal de la Mancha con un avión propulsado por energía solar, durante el día, y hay otros aviones que vuelan con hidrógeno, por ejemplo, que es otro proyecto muy interesante; pero un avión como el nuestro, que vuele sin combustible durante todo el día y la noche, es único.

 

Entrevista a Bertrand Piccard en Tu Gran Viaje
El Solar Impulse, el avión propulsado por energía solar

 

Como europeos, debemos sentir orgullo de una iniciativa como esta, 100% parida en nuestro continente y en la que participan nuestras empresas más punteras e innovadoras…

Por supuesto. Cada vez que veo volar al Solar Impulse pienso que un avión así sería un proyecto militar estadounidense, y en este caso, es un proyecto privado y civil europeo, y eso me hace muy feliz.

Es toda una aventura, ciertamente…

Cierto. Siempre he soñado con la exploración y la aventura, y creo que esta es una conexión importante con Omega, uno de nuestros principales patrocinadores. Omega fue parte de la mayor aventura del siglo XX, la conquista de la Luna; y, con la Luna conquistada, ¿qué más podríamos hacer? Estaba claro para mí que en el siglo XXI la aventura debía continuar, pero todo había sido conquistado; así que ví claramente que la aventura estaba en hacer posible un mundo mejor. Las energías renovables, las nuevas energías, su ahorro, no son tan sólo una respuesta importante para el medio ambiente, sino que también lo son para la creación de puestos de trabajo, para la industria, para un crecimiento sostenible, que muy a menudo son retos que afrontamos de un modo muy negativo: las energías renovables y los coches eléctricos reducen nuestra movilidad, reduce nuestro estilo de vida, no son divertidos… y son conceptos que dejamos a un lado.

 

Entrevista a Bertrand Piccard en Tu Gran Viaje
Bertrand Piccard y André Borschberg, los artífices de Solar Impulse

Bertrand Piccard y André Borschberg: dos renacentistas al frente de Solar Impulse que, además, se turnan a los mandos del avión

Forma un tándem perfecto con André Borschberg…

Puedes pasarte toda la vida teniendo una idea, pero es inútil si no se convierte en algo práctico, en una realidad. Y eso fue lo que sucedió cuando conocí a André al contactar con el Instituto Federal Suizo de Tecnología, quién le puso al frente del estudio de viabilidad del Solar Impulse. Yo soy aeronauta, médico y psiquiatra; André es ingeniero, empresario y piloto de combate. Juntos, tenemos competencias y habilidades que no tendríamos si estuviéramos solos. En nuestro caso, uno más uno es igual a tres. Cuando decidimos hacer realidad este proyecto, hicimos una conferencia de prensa donde anunciamos que volaríamos alrededor del mundo en un avión propulsado por energía solar en 2003 y la gente nos dijo que estábamos completamente locos, y eso nos alegró mucho, porque si todos te dicen que es fácil, no es suficientemente atractivo… Así arrancó el reto, yo buscando patrocinadores y André reuniendo al equipo técnico.

Su meta es, en los próximos dos años, poder circunvalar el mundo. ¿Cuándo y por dónde cruzarán el Atlántico el próximo año?

Por el norte, entre los 14ºN y los 20ºN, dependiendo de la meteorología. No lo haremos directamente, sino probablemente evitando depresiones atmosféricas. Asumiendo que despeguemos de Suiza, volaremos de oeste a este hacia los Emiratos y la región del Golfo Pérsico, cruzaremos India, Tailandia, Vietnam, China, Hawaii, costa oeste estadounidense, costa este, cruzaremos el Atlántico, Marruecos, y de vuelta a Suiza. Quizá directamente, o quizá cruzando España; si España nos invita, sin duda aterrizaremos.

Sobre Bertrand Piccard

Bertrand Piccard nació en Lausanne, Suiza, en 1958. Es doctor en psiquiatría, además de aeronauta, presidente de la fundación Winds of Hope y embajador de Buena Voluntad de la ONU. Como aeronauta, y junto al piloto británico Brian Jones, completó en el 21 de marzo de 1999 la primera circunvalación al mundo en globo aerostático sin escalas, batiendo el récord de permanencia en vuelo (19 días, 21 horas y 47 minutos) y recorriendo una distancia aproximada de 46.759 kilómetros -la circunferencia de la Tierra tiene 40.000 kilómetros en el Ecuador- a bordo del globo Breitling Orbiter 3. Es miembro de la Legión de Honor, la Orden Olímpica, y las más altas distinciones de la National Geographic Society y el Explorers Club.