Una exposición permanente en el Museo Oskar Schindler de Cracovia nos recuerda cómo era la vida en la ciudad durante la ocupación nazi.

Un reportaje de Ángel Ingelmo

Antes de la llegada de los alemanes, en Cracovia había una importante comunidad judía que habitaba en el barrio de Kazimierz. Los primeros judíos llegaron a Kazimierz por el siglo XV, cuando no era más que un pequeño pueblo independiente de la capital. El pueblo y la comunidad fueron creciendo, gracias principalmente a su mercado, y a finales del siglo XVIII ya estaba integrado en la ciudad. Cuando llegaron los alemanes, la comunidad judía contaba con una población cercana a los 65.000 habitantes que tenían sus propias sinagogas, escuelas y cementerios, que hoy es posible visitar, al menos algunos de ellos: Sinagoga de Isaac (Synagoga Izaaka), Sinagoga Vieja (Stara Synagoga), Sinagoga Templu, Sinagoga Kupa, Sinagoga y cementerio Remuh (Synagoga Remuh z Cmentarzem).

Volviendo al presente, el barrio se hizo popular a raíz de la película de Steven Spielberg La lista de Schindler, ya que la verdadera historia se desarrolla en este barrio, el mismo que sería utilizado para su rodaje. La fábrica, en la que dio trabajo a tantos judíos evitando su envío a los campos de exterminio, se encontraba, y se encuentra, en el contiguo barrio de Podgórze, al que se puede acceder desde Kazimierz por una moderna pasarela.

 

Una mujer y sus dos hijos, en el cam por de concentración de Auschwitz en 1944. Foto Bundesarchiv.
Una mujer y sus dos hijos, en el campo de concentración de Auschwitz en 1944. Foto Bundesarchiv.

 

Oskar Schindler había nacido en 1908 en Zwittau, región de los Sudetes que pertenecía a Checoslovaquia. Después de realizar distintos trabajos y llevar una vida no muy ejemplar, fue detenido en varias ocasiones por embriaguez pública y acusado en 1938 por el gobierno checo de colaborar con los nazis. Llegó en 1939 a Polonia, donde comienza a dirigir una empresa dedicada a la fabricación de utensilios de cocina que terminará comprando a muy bajo precio y a la que dio el nombre de Deutsche Emaillewaren-Fabrik (Fábrica Alemana de Esmaltados), pero que sería más conocida como Emalia. En un principio contrató a unos 350 judíos procedentes del vecino campo de concentración de Plaszow. De la fabricación de utensilios pasó a la de armas para el ejército, un armamento que por órdenes de Schindler salía defectuoso. Con la impagable ayuda de su esposa Emile, el contable Itzhak Stern, el gestor Abraham Bankier y Mieczysław “Mietek” Pemper, que le proporcionaba información desde dentro de los organismos nazis y uno de los redactores de la famosa lista, consiguió a través de sobornos que el jefe del campo de concentración Amon Göth le permitiera seguir utilizando trabajadores del campo. Le abonaba una cantidad por cada persona que conseguía sacar del campo y de esa manera salvar la vida de miles de personas.

 

Escena familiar en la antigua fábrica de Schindler. Foto © Ángel Ingelmo
Escena familiar en la antigua fábrica de Schindler. Foto © Ángel Ingelmo

 

Al finalizar la guerra, la fábrica fue confiscada por los soviéticos que la destinaron a la creación de equipos de telecomunicación. En 2005, estaba abandonada, y el gobierno polaco, ante el número cada vez mayor de personas interesadas, principalmente después de ver la película, por conocer el lugar exacto de la fábrica, emprendió un trabajo de restauración y convertirla en museo, pero no en un museo dedicado exclusivamente a una persona sino a toda una ciudad y a todas aquellas personas que contribuyeron a la salvación de judíos, maestros, trabajadores de los orfanatos, etc.

 

El escritorio de Oskar Schindler, en el museo que lleva su nombre.
El escritorio de Oskar Schindler, en el museo que lleva su nombre.

 

La visita de “Cracovia bajo la Ocupación Nazi entre 1939 y 1945” supone algo más que el recorrido habitual por unas salas donde se exponen objetos, es un itinerario ante todo emotivo donde el visitante en ciertos momentos sentirá la angustia de hallarse en una ciudad ocupada y donde su vida no vale absolutamente nada. Un museo que se recomienda vivamente a todo aquel que quiera ver, y sentir, desde dentro la vida cotidiana cuando el peligro y la muerte están al acecho.

Datos prácticos

Antigua Fábrica de Oskar Schindler (Fabryka Emalia Oskara Schindlera).

Dónde: calle Lipowa, 4, 30-702, Cracovia. Tel: (+48) 12 257-10-17. e-mail: fabrykaschindlera[at]mhk.pl Horarios: En invierno (de noviembre a marzo), abierto lunes de 10h a 14h y de martes a domingos, de 10h a 18h. En verano (de abril a octubre), abierto lunes de 10h a 16h, y el resto de la semana, de 10h a 20h. La taquilla se cierra media hora antes del cierre del museo.

Entradas: 19 PLN (entrada regular), 20 PLN (para grupos e incluye guía), 18 PLN (para grupos, sin guía). Familias: 50 PLN (dos adultos y dos niños menores de 16 años, o un adulto y tres niños menores de 16 años). La entrada a la exposición permanente es libre todos los lunes (por motivos de seguridad, el número de entradas es limitado). Más información en la web del museo, www.mhk.pl

 

Sobre el autor

El periodista y escritor salmantino Ángel Ingelmo es uno de los autores de guías de viaje más destacados de España. Tras haber residido en Francia y Escocia, lugares en los que frecuentó los círculos artísticos e intelectuales, regresó a España, donde, desde comienzos de la década de los Ochenta hasta la actualidad, ha traducido obras literarias, colaborado en medios de comunicación y escrito más de un centenar de guías de viaje de todo el mundo.

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