Como este artículo lo van a leer, además de todos ustedes, mi madre, mi mujer y algunos amigos, conocidos y saludados, prefiero empezar diciendo que me gustan, sobre todo, los crepes o los barquillos; lo de beber alcohol no entra dentro de mi idiosincrasia, pero entra mucho menos aún dentro de la tradición musulmana, aunque beber, lo que se dice beber, algunos egipcios sí beben y le dan al porrón: bastantes coptos, gracias a su menor presión religiosa, los egipcios más occidentalizados, y a saber cuántos más. Socialmente no está bien visto el levantamiento de vidrio en aquel país, pero ya saben aquello de “vive y deja vivir”; además, puertas adentro de las casas, se suelen hacer muchas cosas desconocidas.
Si se va a Egipto en un viaje organizado o en un crucero, que es lo habitual, podrán tomar el tan cacareado néctar de Baco sin problemas. Todos los hoteles importantes tienen varios bares y hasta “lounges” (Hilton, Sheraton, etc.) y en los menos importantes, sin son algo turísticos, tienen cervezas. Hay también bares discretos en los que sirven alcohol -todos saben cuáles son. Los más pintorescos y menos turísticos están en las calles anejas a la cairota plaza Orabi.
Está claro que por las calles egipcias no es aconsejable beber alcohol, si os ven no es raro incluso que llamen a la policía y eso si que puede acabar por arruinar un viaje. Desde la Primavera Árabe todo ese asunto ha empeorado, y es mejor no hacer ostentación de lata ni de botella en la rúa. Sí hay, sobre todo en las grandes zonas turísticas, terrazas en las que se puede tomar alcohol. En las ciudades más importantes toparéis con tiendas especiales en las que venden cerveza y licores, de las que hay que salir con el producto envuelto en una bolsa negra para que no se deduzca la compra. En Alejandría, Lúxor y Asuán hay tres o cuatro de esos “despachos de bebercio”, no más.
Por El Cairo veréis una cadena que se llama Drinkies (está claro a lo que se dedican), luego hay licorerías (cerca de la plaza Orabi, de la Corte de Justicia y en otros sitios) en las que veden marcas egipcias de licores que recuerdan o imitan mucho a marcas clásicas. Por ejemplo, Red Label, Gordoon´s, Fineland, Ricardo (por Ricard), Marcel Horse, etc. En definitiva, todas estas marcas que tanto nos suenan pero que en realidad no son las mismas que las que verdaderamente nos suenan y que se destilan en Egipto. Lo más destacable de esas botellas no es su alcohol, sino sus etiquetas, dignas de coleccionarse.
Está claro que el ingenio sobra, incluso a la hora de vender alcohol en Egipto o donde sea. Recordemos la famosa Ley Seca y, por ejemplo, la serie Boardwalk Empire protagonizada por el gran Steve Buscemi y con esa extraordinaria presentación compuesta por miles de botellas esparcidas por el mar de Atlantic City, presentación supongo que inspirada en la estética de René Magritte.
